ENERO 31: PIDAMOS LO QUE NECESITAMOS.

Una noche estaba yo sola, harta y exhausta. Había estado viajando sin cesar, lejos de mis amigos y de mi familia. Había volado de regreso a casa esa noche, pero parecía que nadie se había dado cuenta. La gente estaba acostumbrada a verme en casa.
Ya era tarde y empecé a discutir con Dios.
“He estado fuera trabajando duro. Me siento sola. Necesito saber que alguien me quiere. Tú me has dicho que Te diga lo que necesito, y esta noche, Dios mío, necesito particularmente la presencia de energía masculina. Necesito un amigo, alguien en quien yo confíe que le guste estar conmigo en una forma no sexual. Necesito que me abracen. Pero, ¿dónde estás?
Me recosté en el sillón y cerré los ojos. Estaba demasiado cansada para hacer cualquier otra cosa que no fuera dejar ir lo que sentía.
El teléfono sonó unos minutos después. Era un antiguo colega que se había convertido en mi amigo.
 “Hola, chica”, me dijo. “Te oyes muy cansada y con necesidad de hablar. Quédate exactamente donde estás. Voy para allá a darte un masaje en los pies. Me parece que eso es exactamente lo que necesitas”.
Media hora después tocó mi puerta. Trajo una pequeña botella con aceite y suavemente me dio masaje en los pies, me abrazó, me dijo cuánto me quería y luego se fue.
Sonreí. Había recibido exactamente lo que había pedido.
Es seguro confiar en Dios.
“Hoy recordaré que a Dios le importa lo que yo necesito, especialmente si me importa a mí”.

(Melody Beattie, Libro El Lenguaje del Adiós).

ENERO 30: LIBERTAD RELIGIOSA.

“…. un Poder Superior a nosotros mismos….” “Dios, según lo concebimos”. Estás palabras nos introducen a la espiritualidad en los Doce Pasos. Son las primeras dos referencias a Dios, y en ellas se usan esas palabras por una razón.
Cada uno de nosotros tiene la libertad de definir y de concebir a nuestro Poder Superior -Dios- como quiera.
Esto significa que no traemos nuestra afiliación religiosa a nuestros grupos de recuperación. Significa que no tratamos de imponer nuestras creencias religiosas, ni lo que nosotros entendemos por Dios, a nadie. No usamos a nuestros grupos de apoyo ni a nuestras reuniones para ganar conversos. No tratamos de forzar los
 detalles particulares de nuestras creencias religiosas en los demás.
Nos damos a nosotros mismos, y a todos los demás, el derecho a concebir personalmente a
 ese Poder Superior.
“Hoy respetare la concepción que las otras personas tienen acerca de Dios, así como las mías propias. No permitiré que los juicios de los otros acerca de mis creencias me causen angustia y ansiedad. Buscare crecer espiritualmente en la recuperación, con o sin la ayuda de una religión o una denominación en particular”.

(Melody Beattie, El Lenguaje del Adiós).

ENERO 29: ASISTE A LAS REUNIONES .

Aún me sorprende, después de haber estado años en recuperación, lo fácil que me resulta convencerme a mí mismo de no asistir a las reuniones. También me sigue sorprendiendo lo bien que me siento cando sí voy. (Anónimo).
No tenemos por qué quedarnos atascados en nuestra aflicción y malestar. Tenemos una alternativa inmediata que nos ayudará a sentirnos mejor: asistir a una reunión, a un grupo de apoyo de Doce Pasos. ¿Por qué resistirnos a lo que puede ayudarnos a sentirnos mejor? ¿Por qué quedarnos con nuestra obsesión o depresión cuando asistir a una reunión -aunque ésta sea una reunión adicional- nos ayudará a sentirnos mejor? ¿Acaso estamos demasiado ocupados?Cada semana tiene 168 horas. Destinar una o dos horas a una reunión puede maximizar nuestro potencial para las
otras 166. Si nos quedamos en nuestro
 “rollo codependiente” , fácilmente nos podemos pasar la mayoría
de nuestras horas de vigilia obsesionados, quedándonos sentados sin hacer nada, echados en la cama sintiéndonos deprimidos, o satisfaciendo las necesidades de otra gente. No dedicar esas dos horas a asistir a una reunión puede hacer que desperdiciemos las otras horas que nos quedan.
¿Demasiado cansado?
No hay nada tan revigorizante como volver a tomar el paso. Asistir a una reunión puede lograr que lo retomemos.
“Hoy me acordaré de asistir a las reuniones de ayuda”.

(Melody Beattie,  Libro El Lenguaje del Adiós).

ENERO 28: ESTOY EN EL MOMENTO PRESENTE.

A menudo, una de nuestras mayores preguntas, es “¿que sucederá?” Podemos preguntarnos esto acerca de nuestras relaciones, de nuestro trabajo, de nuestra recuperación, de nuestra vida. Es fácil enredarnos en pensamientos preocupantes.
El preocuparnos acerca de lo que va a pasar nos impide funcionar hoy de manera efectiva. Nos impide hacer hoy nuestro mejor esfuerzo. Nos impide aprender y dominar las lecciones de hoy. Permanecer en el presente, hacer nuestro mejor esfuerzo y participar plenamente el día de hoy es todo lo que necesitamos para asegurarnos de que lo que va a suceder mañana será lo mejor.
Preocuparse acerca de lo que ocurrirá mañana es hacer una contribución negativa al futuro. Vivir en el aquí y en el ahora es, con mucho, lo mejor que podemos hacer, no nada más para el hoy, sino para el mañana. Esto ayuda a nuestras relaciones, a nuestra carrera, a nuestra recuperación y a nuestra vida.
Las cosas saldrán bien si las dejamos. Si necesitamos concentrarnos en otro futuro que no sea planear, lo único que necesitamos es afirmar que éste será bueno.
“Rezo pidiendo fe en que mi futuro será bueno si vivo el hoy bien y en paz. Recordaré que quedarme en el presente es lo mejor que puedo hacer para mi futuro. Me concentraré en lo que está sucediendo hoy en vez de en lo que va a ocurrir mañana”.

(Melody Beattie,  Libro El Lenguaje del Adiós).

ENERO 27: NECESITAMOS DE LA GENTE

Podemos aprender a no quedarnos enganchados en conductas poco sanas, contraproducentes, en nuestras relaciones, conductas tales como cuidar obsesivamente de los demás, controlar, devaluarnos a nosotros mismos y creer mentiras.
Podemos aprender a ver estas conductas, a identificarlas y a decidir que no vamos a permitirnos quedar atrapados en ellas.
A menudo, la gente, conscientemente o sin pensar, hace cosas que nos arrastran a una serie de conductas contraproducentes que llamamos
 codependencia . Lo mas frecuente es que esos “ganchos” pueden ser casi deliberados, y los resultados predecibles.
Alguien se puede poner frente a nosotros y comentar algo o lanzar un suspiro acerca de un problema, sabiendo o esperando que esa conducta nos enganche para que nosotros nos hagamos cargo de él. Eso es
 manipulación. 
Cuando la gente se ponga frente a nosotros y comente o suspire por algo, y luego diga tímidamente,
 “Pero no importa, tú no te preocupes por ello”, eso es un truco . Necesitamos reconocerlo. Estamos a punto de que nos envuelva si permitimos que esto ocurra.
Podemos aprender a insistir en que la gente nos pida sin cortapisas lo que quiere y necesita.
¿Cuáles son las palabras, las señales, las miradas, los comentarios, las claves que nos enganchan en una conducta predecible, a menudo contraproducente? ¿Qué te hace sentir simpatía por alguien? ¿Qué te hace sentir culpa? ¿Qué te hace sentirte responsable de otro?
Nuestro punto fuerte es que nos preocupemos demasiado por los demás. Nuestro punto débil es que a menudo subestimamos a la gente con la que tratamos. Ella sabe lo que está haciendo. Es tiempo de que abandonemos nuestra ingenua suposición de que la gente no hace lo que mejor le conviene, y no necesariamente lo que mejor nos conviene a nosotros.
También debemos observarnos a nosotros mismos.
 ¿Lanzamos “ganchos” a los demás, les lanzamos miradas,comentarios, con la esperanza de engancharlos? Necesitamos asistir en comportarnos con los demás en forma honesta y directa, en vez de esperar que vengan en nuestro rescate.
Si alguien quiere algo de nosotros, insistamos en que esa persona nos pida las cosas directamente. Pidámonos lo mismo a nosotros mismos. Si alguien lanza el anzuelo, no tenemos por qué morderlo.
“Hoy estaré consciente de las “conductas gancho” que me llevan a convertirme en cuidador de los demás y que me hacen sentir victimado. Ignoraré los comentarios, las miradas y las palabras que me enganchan, y esperaré de los demás la conducta directa y honesta que merezco”.

(Melody Beattie,  Libro El Lenguaje del Adiós).

ENERO 26: YA NO ESTAMOS ENGANCHADOS

Podemos aprender a no quedarnos enganchados en conductas poco sanas, contraproducentes, en nuestras relaciones, conductas tales como cuidar obsesivamente de los demás, controlar, devaluarnos a nosotros mismos y creer mentiras.
Podemos aprender a ver estas conductas, a identificarlas y a decidir que no vamos a permitirnos quedar atrapados en ellas.
A menudo, la gente, conscientemente o sin pensar, hace cosas que nos arrastran a una serie de conductas contraproducentes que llamamos
 codependencia . Lo mas frecuente es que esos “ganchos” pueden ser casi deliberados, y los resultados predecibles.
Alguien se puede poner frente a nosotros y comentar algo o lanzar un suspiro acerca de un problema, sabiendo o esperando que esa conducta nos enganche para que nosotros nos hagamos cargo de él. Eso es
 manipulación. 
Cuando la gente se ponga frente a nosotros y comente o suspire por algo, y luego diga tímidamente,
 “Pero no importa, tú no te preocupes por ello”, eso es un truco . Necesitamos reconocerlo. Estamos a punto de que nos envuelva si permitimos que esto ocurra.
Podemos aprender a insistir en que la gente nos pida sin cortapisas lo que quiere y necesita.
¿Cuáles son las palabras, las señales, las miradas, los comentarios, las claves que nos enganchan en una conducta predecible, a menudo contraproducente? ¿Qué te hace sentir simpatía por alguien? ¿Qué te hace sentir culpa? ¿Qué te hace sentirte responsable de otro?
Nuestro punto fuerte es que nos preocupemos demasiado por los demás. Nuestro punto débil es que a menudo subestimamos a la gente con la que tratamos. Ella sabe lo que está haciendo. Es tiempo de que abandonemos nuestra ingenua suposición de que la gente no hace lo que mejor le conviene, y no necesariamente lo que mejor nos conviene a nosotros.
También debemos observarnos a nosotros mismos.
 ¿Lanzamos “ganchos” a los demás, les lanzamos miradas,comentarios, con la esperanza de engancharlos? Necesitamos asistir en comportarnos con los demás en forma honesta y directa, en vez de esperar que vengan en nuestro rescate.
Si alguien quiere algo de nosotros, insistamos en que esa persona nos pida las cosas directamente. Pidámonos lo mismo a nosotros mismos. Si alguien lanza el anzuelo, no tenemos por qué morderlo.
“Hoy estaré consciente de las “conductas gancho” que me llevan a convertirme en cuidador de los demás y que me hacen sentir victimado. Ignoraré los comentarios, las miradas y las palabras que me enganchan, y esperaré de los demás la conducta directa y honesta que merezco”.

(Melody Beattie,  Libro El Lenguaje del Adiós).

ENERO 25: EL PASO UNO

Admitimos que éramos impotentes ante el alcohol, que nuestras vidas se habían vuelto ingobernables. (Paso Uno de Al-Anón).
Para los codependientes en recuperación, hay muchas versiones diferentes del Paso Uno. Algunos de nosotros admitimos la impotencia ante el alcohol o ante el alcoholismo de otra persona. Otros admitimos la impotencia ante la gente; otros más ante el impacto de haber crecido dentro de una familia de alcohólicos.
Una de las palabras más significativas del Primer Paso es la palabra
 admitimos, así, en plural . Nos hemos reunido porque tenemos un problema en común, y al reunirnos, encontramos una solución común.
Al ser miembros de algún programa de Doce Pasos, muchos de nosotros descubrimos que, aunque nos hayamos sentido solos en nuestro dolor, otros han experimentado un sufrimiento similar. Y ahora muchos se están uniendo en una recuperación similar.
Admitimos,
 ¿quiénes? nosotros. Una parte importante de la recuperación. Una experiencia compartida. Una fuerza que se comparte, que es más fuerte porque se comparte. Una esperanza compartida, de una vida y relaciones mejores.
“Hoy estaré agradecido por toda esa gente alrededor del mundo que se llama así misma “codependiente en recuperación”. Me ayuda saber que cada vez que uno de nosotros dan un paso hacia adelante, empuja al grupo entero hacia adelante”.

(Melody Beattie. Libro El Lenguaje del Adiós).

ENERO 24: BORRA EL PIZARRÓN


Uno de los más grandes regalos que podemos dar es el de un corazón abierto, amoroso. Y asirnos a los sentimientos negativos que nos causaron nuestras relaciones del pasado es una barrera para ese regalo.
La mayoría de nosotros tenemos relaciones que han terminado. Cuando examinamos dichas relaciones, necesitamos borrar el pizarrón emocional.
¿Nos estamos asiendo a la ira o a los resentimientos? ¿Nos sentimos víctimas todavía? ¿Seguimos viviendo con las creencias autoderrotistas vinculadas con esas relaciones: No se puede confiar en las mujeres. Los jefes utilizan a la gente… No existe una buena relación?
Aleja todo lo que hoy pueda estar bloqueando tus relaciones. Podemos saber, con gran certeza, que los viejos sentimientos y las creencias autoderrotistas nos impedirán dar y recibir el amor que deseamos.
Podemos borrar el pizarrón del pasado. Este proceso comienza con la toma de conciencia, con la honestidad, con una actitud abierta. El proceso está completo cuando alcanzamos un estado de aceptación y de paz hacia nuestro pasado.
“Hoy comenzaré el proceso de alejar todos los sentimientos y creencias autoderrotistas vinculados a relaciones pasadas. Borraré mi pizarrón para poder estar libre para amar y ser amado.

(Melody Beatti,  Libro El Lenguaje del Adiós).

ENERO 23: CON NUEVA ENERGÍA


Lo divertido se vuelve divertido, el amor se vuelve amor, la vida se convierte en algo que vale la pena vivir. Y nos sentimos agradecidos. (Más Allá de la Codependencia).
Hay una nueva energía, un sentimiento nuevo en nuestra vida. No podemos basar nuestras expectativas acerca de lo que sentiremos el día de mañana, o incluso dentro de unas horas, sobre lo que estamos sintiendo en este momento.
No hay dos momentos iguales en el tiempo. Nos estamos recuperando. Estamos cambiado. Nuestra vida está cambiando. A veces, las cosas no han funcionado como nosotros queríamos.
 Teníamos lecciones que aprender. El futuro no será como el pasado.
¡No limites el futuro por el pasado! Reflexiona acerca del principio de tu recuperación.¿No han habido muchos cambios que te han traído hasta donde te encuentras ahora?Reflexiona acerca de lo ocurrido hace un año. ¿No han cambiado tú y tus circunstancias desde entonces?
A veces, los problemas y los sentimientos persisten por un tiempo. Pero esas épocas son temporales. Tiempos de confusión, de incertidumbre, temporadas en las que vivimos con un problema en particular sin resolver, pero que no duran para siempre.
Hacemos esas épocas doblemente difíciles al compararlas con nuestro pasado. Cada situación y circunstancia han tenido una influencia especial para moldearnos en lo que somos. No tenemos por que atemorizarnos comparando el presente y el futuro con el pasado doloroso, especialmente con lo que fue nuestro pasado antes de que empezáramos la recuperación o antes de que aprendiéramos a partir de una experiencia en particular.
Has de saber que tu malestar no sera permanente. No trates de imaginar que deberías sentirte de otra manera, o cuando sentirás de otra forma. En vez de ello, confía. Acepta el hoy, pero no te limites por él.
Viene una nueva energía. Un nuevo sentimiento está en camino. No podemos predecir cómo será viendo cómo era o cómo es, porque entonces cuando llegue, será totalmente diferente. No hemos trabajado ni luchado en vano. Ha sido por algo y para algo.
Los tiempos están cambiando para mejorar. Sigue en el sendero de la confianza y la obediencia. Permanece abierto a lo nuevo.
“Hoy, Dios mío, ayúdame a no juzgar o a limitar mi futuro por lo que fue mi pasado. Ayúdame a abrirme a todas las emociones posibles de cambio, tanto dentro de mí como a mi alrededor”.

(Melody Beattie, Libro El Lenguaje del Adiós).

ENERO 22: APRECIA TU PASADO.

Es fácil ser negativos acerca de nuestros errores e infelicidad pasados. Pero es mucho más sano que nos veamos a nosotros mismos y a nuestro pasado a la luz de la experiencia, de la aceptación y del crecimiento interior. Nuestro pasado es una serie de lecciones que nos hace avanzar a niveles más altos de vivir y de amar.
Las relaciones que establecimos, en las que permanecimos, o que dimos por terminadas, nos enseñaron lecciones que eran necesarias. Algunos hemos surgido de las más dolorosas circunstancias con grandes conocimientos acerca de quiénes somos y qué queremos.
¿Nuestros errores? Necesarios. ¿Nuestras frustraciones, fracasos y a veces nuestros tropiezos con el progreso y el crecimiento interior? Necesarios también.
En cada paso del camino, aprendimos. Pasamos exactamente por las experiencias que necesitábamos para convertirnos en lo que somos hoy. En cada paso del camino, progresamos.
¿Es un error nuestro pasado? ¡No!
El único error que podemos cometer es confundir ese pasado con la verdad.
“Hoy, ayúdame Dios mío a alejar los pensamientos negativos que pudiera estar albergando acerca de mis circunstancias o de mis relaciones pasadas. Puedo aceptar, con gratitud, todo lo que el pasado me ha traído al día de hoy”.

(Melody Beattie, Libro El Lenguaje del Adiós).

ENERO 21: DESEOS Y NECESIDADES.

Asumir la responsabilidad que tenemos para con nosotros mismos significa, en parte, asumir la responsabilidad de lo que queremos y necesitamos, y en saber que eso esta bien.
Aprender a ponernos en sintonía con nosotros mismos, aprender a escucharnos nosotros mismos es todo un arte que requiere de practica. Podemos usar nuestra habilidad para descubrir lo que los otros quieren y necesitan, y aplicar esa habilidad a nosotros mismos.
¿Qué es lo que parece que queremos y necesitamos? ¿Qué creemos que nos ayudaría a sentirnos mejor? ¿Qué nos están diciendo nuestros sentimientos? ¿Nuestro cuerpo? ¿Nuestra mente? ¿Nuestra intuición?
Si nos lo preguntamos, y luego escuchamos con cuidado, oiremos la respuesta.
Somos más listos de lo que pensamos, y somos personas en quienes se puede confiar.
Lo que queremos y necesitamos cuenta. Es importante y válido.Está bien que aprendamos a participar en la satisfacción de nuestras necesidades.
Podemos aprender a identificar lo que queremos y necesitamos y a ser pacientes con nosotros mismos mientras estamos aprendiendo.
“Hoy pondré atención a lo que quiero y necesito. No me subestimaré”.
(Melody Beattie,Libro El Lenguaje del Adiós).

ENERO 20: NUEVOS COMIENZOS

Los resentimientos son los bloques que nos impiden amarnos a nosotros mismos y a los demás. Los resentimientos no castigan a la otra persona, nos castigan a nosotros mismos. Se vuelven barreras que no nos dejan sentirnos bien y disfrutar de la vida. Nos impiden estar en armonía con el mundo. Los resentimientos son trozos de ira endurecidos, que sólo se desbaratan y se disuelven con el perdón y el olvido.
Deja ir los resentimientos no significa que le permitamos a la otra persona hacer lo que quiera. Significa aceptar lo que ocurrió en el pasado y fijar límites para el futuro
¡Podemos dejar ir los resentimientos y, aun así, tener límites!
Tratamos de ver la parte buena de la persona, o el bien que por fin se derivó de algún incidente que nos causó resentimiento. Tratamos de ver nuestra parte en ello.
Luego, nos olvidamos del incidente.
Es de gran ayuda rezar por quienes nos sentimos resentidos. Pedirle a Dios que tome nuestros resentimientos también ayuda.
Qué mejor manera de empezar un año nuevo que borrando el pizarrón del pasado y empezarlo libres de resentimientos.
“Poder Superior, ayúdame a estar listo para despojarme de mis resentimientos. Trae a la superficie cualquier resentimiento oculto que me este bloqueando. Enséñame que debo hacer para cuidar de mi mismo y dejar ir mis resentimientos, y luego, ayúdame a hacerlo”.
(Melody Beattie, Libro El Lenguaje del Adiós)


ENERO 19: APODERARNOS DE NUESTRA FUERZA

Hay un sentimiento al que le tenemos que prestar una particular atención durante la recuperación: sentirnos victimados. No necesitamos acostumbrarnos a sentirnos a gusto con ese sentimiento.
¿Como nos sentimos cuando hemos sido victimas de alguien?
Impotentes, furiosos, desamparados, frustrados. Es peligroso sentirse victimado. A menudo, esto nos puede lanzar a conductas adictivas o a otras conductas compulsivas.
En la recuperación estamos aprendiendo a identificar cuando nos sentimos victimados,
cuando hemos sido victimados en realidad y por que nos estamos sintiendo victimados. Estamos aprendiendo a apoderarnos de nuestra fuerza, a cuidar de nosotros mismos y a retirarnos de nuestro papel de victimas.
A veces, apoderarnos de nuestra fuerza significa darnos cuenta de que nos estamos victimando a nosotros mismos, y que los demás no están haciendo nada para lastimarnos. Ellos están viviendo su vida, como es su derecho, y nosotros nos estamos sintiendo víctimas porque estamos intentando controlar su proceso o, de manera irracional, estamos esperando que ellos cuiden de nosotros. Nos podemos sentir victimados si nos quedamos atascados en una creencia codependiente, tal como ….
 Los demás me hacen sentir…. Los demás tienen la llave de mi felicidad y mi destino…. o, no podré ser feliz a menos que otro se comporte de determinada manera, o de que sucedan ciertas cosas…..
Otras veces, apoderarnos de nuestra fuerza significa que nos damos cuenta de que estamos siendo victimados por la conducta de otra persona. Están siendo invadidos nuestros límites. Es ese caso, indagamos qué necesitamos hacer para cuidar de nosotros mismos e impedir que continúe la victimación; necesitamos fijar límites.
A veces, lo único que se requiere es un cambio de actitud.
 No somos víctimas.
Luchamos por sentir compasión hacia la persona que nos victimó, pero comprendemos que a menudo la compasión viene después, cuando nos hayamos despojado de nuestro papel de víctimas en cuerpo, mente y espíritu. También entendemos que sentir demasiada compasión puede volver a ponernos de inmediato en el cajón de las víctimas. Sentir demasiada lástima por una persona que nos está victimando puede establecer una situación donde la persona nos pueda convertir de nuevo en su víctima.
No tratamos de forzar consecuencias ni crisis sobre otra persona, pero tampoco la rescatamos de las consecuencias lógicas de su conducta. Si hay un papel que tengamos la responsabilidad de jugar para que se den esas consecuencias, lo desempeñamos, no para controlar ni para castigar, sino para ser responsables con nosotros mismos y con los demás.
Tratamos de descubrir qué podemos estar haciendo que nos hace sentir victimados, o qué papel estamos jugando dentro de un sistema, y dejamos, también, de hacerlo. No tenemos poder sobre los demás ni sobre su conducta, pero podemos apropiarnos de nuestra fuerza y apartarnos de ser víctimas.
“Hoy asumiré la responsabilidad de ser yo mismo y de demostrárselo a los demás al no permitir que se me victime. No puedo controlar los acontecimientos, pero sí puedo controlar mi actitud al ser victimado. No soy una víctima; no merezco ser victimado”.

(Melody Beattie , Libro El Lenguaje del Adiós).

ENERO 18: GRATITUD.

En la vida, a veces las cosas pasan demasiado rápido. Apenas hemos resuelto un problema cuando surgen otros dos. Nos sentíamos muy bien por la mañana, pero por la tarde estamos hundidos en la aflicción.
Todos los días nos enfrentamos con interrupciones, demoras, cambios y retos. Encaramos conflictos de personalidad y decepciones. A menudo, cuando nos sentimos agobiados, no podemos ver las lecciones que encierran esas experiencias.
Un concepto sencillo nos puede hacer superar hasta las temporadas más difíciles. Se llama
 gratitud. Aprendemos a decir gracias a estos problemas y sentimientos. Gracias por la manera como se presentan las cosas. No me gusta esta experiencia, pero gracias de todas maneras.
Oblígate a la gratitud hasta que ésta se haga algo habitual en ti. La gratitud nos ayuda a dejar de tratar de controlar los resultados. Es la llave que abre la energía positiva en nuestra vida. Es la alquimia que convierte a los problemas en bendiciones, y en regalos lo inesperado.
“Hoy tendré gratitud. Empezaré el proceso de convertir la pena de hoy en la alegría de mañana”.

(Melody Beattie,  Libro El Lenguaje del Adiós).

ENERO 17: ACTUAR “COMO SI”

La conducta a la que llamamos actuar “como si” puede ser una poderosa herramienta para la recuperación. Actuar “como si” es una forma de practicar lo positivo. Es una herramienta que usamos para desatorarnos. Es una herramienta que decidimos usar en forma consciente.
Actuar
 “como si” puede ser útil cuando un sentimiento empieza a controlarnos. Tomamos conscientemente la decisión de actuar como si nos sintiéramos bien y fuéramos a estar bien.
Cuando un problema nos agobia, actuar
 “como si” nos puede ayudar a salir del atolladero. Actuamos como si el problema ya fuera a resolverse o ya estuviera resuelto, para que podamos seguir con nuestra vida.
A menudo, actuamos como si ya sintiéramos desapego. sentara la base para que efectivamente se de el desapego.
Existen muchas áreas en las cuales el actuar
 “como si” –combinado esto con otros principios de recuperación- sienta las bases para la realidad que deseamos. Actuamos como si nos amáramos a nosotros mismos, hasta que en realidad empezamos a cuidar de nosotros mismos. Actuamos como si tuviéramos derecho a decir “no”, hasta que creemos que, efectivamente, lo tenemos.
No aparentamos que tenemos dinero suficiente para cubrir un cheque. No pretendemos que un alcohólico no está bebiendo. Usamos la conducta de actuar
 “como si” como parte de nuestra recuperación, para sentar las bases para nuevas conductas. Nos forzamos a experimentar conductas positivas de recuperación, haciendo caso omiso de nuestras dudas y temores, hasta que nuestros sentimientos se emparejen con la realidad.
Actuar
 “como si” es una manera positiva de superar miedos, dudas y una baja autoestima. No tenemos que mentir, no tenemos que ser deshonestos con nosotros mismos. Nos abrimos a las posibilidades positivas del futuro, en vez de limitar el futuro con los sentimientos y las circunstancias de hoy.
Actuar
 “como si” nos ayuda a atravesar las arenas movedizas y a trasladarnos a un terreno firme.
“Dios mío, muéstrame las áreas donde el actuar “como si” me podría ayudar a sentar las bases de la realidad que yo deseo. Guíame al usar esta poderosa herramienta de recuperación para ayudarme a crear una vida mejor y relaciones más sanas”.
(Melody Beattie, Libro El Lenguaje del Adiós).


ENERO 16: LA ORACIÓN


De hecho, la oración es la única acción real en el más amplio sentido de la palabra, porque es lo único que cambia nuestro carácter. Un cambio de carácter, o un cambio en el alma, es un cambio verdadero. (Emmet Fox, El sermón de la montaña).
Erica Jong ha dicho que somos seres espirituales, que somos humanos. La plegaria y la meditación son formas que tenemos para cuidar de nuestro espíritu, son disciplinas que se sugieren en el Paso Once de los programas de recuperación de Doce Pasos: Al-Anón, Alcohólicos Anónimos, y otros.
La oración y la meditación no necesariamente están conectadas con las religiones organizadas, son una forma para mejorar nuestra relación personal con un Poder Superior para beneficio de nosotros mismos, de nuestra vida y de nuestro crecimiento interior. Por medio de la oración nos conectamos con Dios. No oramos porque tengamos que hacerlo, sino porque queremos hacerlo. Así es como vinculamos nuestra alma con nuestro Origen.
Estamos aprendiendo a cuidar nuestras emociones, nuestra mente y nuestras necesidades físicas. Estamos aprendiendo a cambiar nuestras conductas, pero también a cuidar de nuestro espíritu, de nuestra alma, porque ahí es donde empieza todo cambio verdadero.
Cada vez que hablamos con Dios, nos transformamos. Cada vez que nos conectamos con nuestro Poder Superior, este nos escucha, nos toca y nos cambia para mejorar.
“Hoy practicare la plegaria y la meditación. Ya sea que me sienta desesperado, inquieto o en paz, haré el esfuerzo por conectarme con mi Poder Superior, por lo menos durante un momento el día de hoy”.

(Melody Beattie, Libro El Lenguaje del Adiós).

ENERO 15: SABEMOS DEFENDERNOS SOLOS

Aprendemos que algunas conductas tienen consecuencias que van en nuestro propio perjuicio, mientras que otras tienen el efecto contrario. Aprendemos que tenemos alternativas. (Más allá de la codependencia).
Es tan fácil defender a los demás. Qué claro nos resulta cuando los demás están siendo usados, controlados, manipulados o se está abusando de ellos. Es tan fácil pelear por ellos, indignarnos justamente, correr en su ayuda y animarlos para lograr la victoria.
“Tienes derechos”, les decimos. “Y esos derechos están siendo violados. Defiéndete a ti mismo, sin sentimientos de culpa”. ¿Por qué es tan difícil, entonces, defenderemos a nosotros mismos? ¿Por qué no podemos ver cuando se nos está usando, victimando, mintiendo, manipulando o violando de alguna manera? ¿Por qué nos resulta tan difícil defendernos solos?
Hay ocasiones en la vida en que transitamos por un sendero amable y amoroso. Sin embargo, en otras necesitamos defendernos solos, cuando el sendero amable y amoroso nos pone en manos, de aquellos que pueden maltratarnos.
Algunos días, la lección que estamos aprendiendo y practicando es la de fijar límites. Otros, la lección que estamos aprendiendo es luchar por nosotros mismos y por nuestros derechos.
A veces, la lección no acabará hasta que lo hagamos.
“Hoy defenderé mi propia causa. Recordaré que está bien que me defienda sólo cuando esa acción sea la adecuada. Dios mío, ayúdame a defenderme solo, en forma apropiada y con confianza”.

(Melody Beattie,  Libro El Lenguaje del Adiós).

ENERO 14: ACEPTA LA IRA


La ira es uno de los efectos más profundos que tiene la vida sobre nosotros. Es una de nuestras emociones. Cuando se cruce en nuestro camino, vamos a sentirla, a menos que la reprimamos. (Ya No Seas Codependiente).
Si estuviera llevando bien el programa, no me enojaría… Si fuera un buen cristiano, no sentiría ira… Si realmente estuviera utilizando mis afirmaciones acerca de lo feliz que soy, no sentiría enojo… Estos son viejos mensajes que nos seducen para otra vez, no sentir. La ira es parte de la vida. No necesitamos permanecer en ella o desterrarla, pero no nos podemos dar el lujo de ignorarla.
En la recuperación aprendemos que podemos sentir sin vergüenza todos nuestros sentimientos, incluyendo la ira y aun así, asumir la responsabilidad de lo que hacemos cuando nos sentimos enojados. No tenemos que permitir que la ira nos controle, pero seguramente lo hará si nos negamos a sentirla.
Ser agradecidos, positivos, sanos, no significa que nunca sintamos ira. Ser agradecidos, positivos, sanos significa que sentimos la ira cuando tenemos necesidad de hacerlo.
“Hoy me permitiré sentir ira, si necesito hacerlo. Puedo sentir mis emociones y liberarlas constructivamente, incluyendo la ira. Sentiré gratitud por la ira que sienta y por las cosas que ésta está tratando de mostrarme. Puedo sentir y aceptar todas mis emociones sin vergüenza y asumir la responsabilidad de mis actos”.

(Melody Beattie, Libro El Lenguaje del Adiós).

ENERO 13: EXPERIMENTA SENTIMIENTOS POSITIVOS

Cuando en la recuperación hablamos de los sentimientos, a menudo nos concentramos en el trío problemático: el dolor emocional, el miedo y la ira. Pero en el reino emocional hay también otros sentimientos: felicidad, alegría, paz, contento, amor, cercanía, emoción.
Está bien que nos permitamos sentir los sentimientos placenteros. No tenemos que preocuparnos cuando experimentamos sentimientos positivos; no tenemos por qué asustarnos y dejarlo ir; no tenemos que sabotear nuestra felicidad. A veces lo hacemos para irnos al terreno, menos feliz, que nos es familiar.
Es bueno sentirnos bien. No tenemos que analizar, juzgar o justificar. No tenemos que deprimirnos ni dejar que otros nos depriman, inyectándonos negatividad.
Podemos permitirnos sentirnos bien.
“Hoy me recordaré a mí mismo que tengo derecho a sentirme tan bien como pueda. Puedo experimentar muchos momentos de bienestar; puedo encontrar un punto de equilibrio en el que me sienta contento, en paz y bien”.

(Melody Beattie,Libro El Lenguaje del Adiós).

ENERO 12: ENCUENTRA EL EQUILIBRIO.

La meta de la recuperación es el equilibrio; ese precioso punto medio. 
Muchos de nosotros hemos ido de un extremo al otro: años de cuidar de todos menos de nosotros mismos, seguidos de una temporada en que nos negamos a concentrarnos en las necesidades de nadie, más que en las nuestras.
Tal vez pasamos años negándonos a identificar nuestros sentimientos, a sentirlos y a manejarlos, seguidos de un periodo de obsesión absoluta con toda huella de energía emocional que pasara por nuestro cuerpo.
Podemos sucumbir a la impotencia, al desamparo y a la victimización, y luego ir al otro extremo blandiendo con agresividad el poder sobre los que nos rodean.
Podemos aprender a dar a los demás al mismo tiempo que asumimos la responsabilidad para con nosotros mismos, a cuidar nuestros sentimientos, así como nuestras necesidades físicas, mentales y espirituales, y a alimentar la callada confianza que nos da el apropiarnos de nuestra fuerza para comportarnos de igual a igual en nuestras relaciones con los demás.
La meta de la recuperación es el equilibrio, pero a veces llegamos a él yéndonos a los extremos.
“Hoy seré amable conmigo mismo, comprendiendo que a veces, para alcanzar el justo medio del equilibrio, necesito explorar las cimas y los valles. A veces, la única manera que tengo de salir de un valle es brincar lo suficientemente alto para aterrizar en la cima y luego, lentamente, deslizarme hacia abajo”.

(Melody Beattie, Libro El Lenguaje del Adiós).

ENERO 11: DEJA IR EL SENTIMIENTO DE CULPA.

“Hay un buen truco que usan las personas que tienen una relación disfuncional”, dijo una mujer en recuperación. “El otro hace algo mal o algo equivocado y luego se queda allí parado hasta que te sientes culpable y terminas ofreciendo disculpas”.
Muchas veces, las cosas por las que nos sentimos culpables no son asunto nuestro. Cuando alguna persona se comporta en forma incorrecta, de alguna manera está violando nuestros límites. Si nos oponemos a esa conducta, la persona se enoja y se pone a la defensiva. Entonces, nosotros nos sentimos culpables.
El sentimiento de culpa puede impedir que fijemos los límites que nos conviene establecer y que les convienen también a los demás. El sentimiento de culpa puede impedir que cuidemos sanamente de nosotros mismos.
No debemos permitir que los demás estén seguros de que siempre nos sentiremos culpables. No tenemos que permitirnos que la culpa nos controle, sea merecida o no. Podemos romper la barrera de la culpa que nos impide cuidar de nosotros mismos. Empuja. Empuja mas fuerte. No tenemos la culpa, ni estamos locos ni equivocados. Tenemos derecho a fijar limites en que se nos trate en forma adecuada. Podemos separar nuestros problemas de los demás y dejar que cada persona experimente las consecuencias de su propia conducta, incluyendo el sentimiento de culpa. Podemos confiar en nosotros mismos para saber cuando están siendo violados nuestros límites.
“Hoy dejaré ir mis pequeños y mis grandes sentimientos de culpa. La luz y el amor están de mi lado”.
(Melody Beattie, Libro El Lenguaje del Adiós).


ENERO 10: MIEDO

No seas demasiado tímido y escrupuloso acerca de tus actos. La vida entera es un experimento. Cuantos más experimentos hagas, mejor. ¿Qué importa si éstos son un tanto burdos y te empapas o te rasgas la ropa, o si fracasas y te revuelcas en la tierra una o dos veces? Te levantas de nuevo; nunca debes tenerle tanto miedo a una caída. (Ralph Waldo Emerson).
El miedo puede ser un gran obstáculo para muchos de nosotros: miedo a la fragilidad, miedo al fracaso, miedo a cometer un error, miedo al qué dirán, miedo al éxito. Quizá dudemos tanto de nuestra siguiente acción o palabra que acabemos convenciéndonos de no participar en la vida.
“¡Pero ya fracasé antes!” “¡No puedo hacerlo bien!”“¡Mira lo que me pasó la última vez!”“¿Qué pasaría si…?” Estas afirmaciones pueden ser un disfraz del miedo. A veces, el miedo es el
 disfraz de la vergüenza .
Después de que terminé los primeros dos capítulos de un libro que estaba escribiendo, los leí e hice una mueca. “No están bien”, pensé. “No puedo hacerlo”. Estaba lista para tirar los capítulos por la ventana y tirar también mi carrera como autora.
Una amiga escritora me llamó y le conté mi problema. Ella me escuchó y me dijo: “Esos capítulos están bien. Deja ese miedo. Deja de criticarte a ti misma y sigue escribiendo”. Seguí su consejo. El libro que estuve a punto de tirar a la basura se convirtió en un éxito de ventas del New York Times.
Relájate. Nuestro mejor esfuerzo es suficientemente bueno. Puede ser mejor de lo que pensamos. Incluso nuestros fracasos pueden convertirse en importantes experiencias de aprendizaje que nos lleven directamente al éxito, y que sean necesarias para él.
Siente el miedo y luego déjalo ir. Decídete y hazlo, sea lo que sea. Si nuestros instintos y nuestro sendero nos han traído hasta aquí, aquí es donde debemos estar.
“Hoy participare en la vida al máximo de mi capacidad, sin importarme el resultado. Eso me hace ser un ganador”.
(Melody Beattie, Libro El Lenguaje del Adiós).


ENERO 9: RESPONSABLES DE NOSOTROS MISMOS.

Hemos estado haciendo cosas equivocadas por razones correctas. (Ya no seas Codependiente).
Ser cuidador consiste en asumir las responsabilidades de los demás, al tiempo que descuidamos la responsabilidad que tenemos para con nosotros mismos. Cuando de manera instintiva nos sentimos responsables de los sentimientos, de los pensamientos, de las elecciones, de los problemas, de la comodidad y del destino de los demás, somos cuidadores. Quizá creamos, a nivel inconsciente, que los otros son responsables de nuestra felicidad, tal y como nosotros somos responsables de la suya.
Ser una persona considerada, amorosa y cariñosa es una meta meritoria. Pero ser una persona cuidadora significa descuidarnos a nosotros mismos hasta el punto de sentirnos victimados. Ser cuidador significa cuidar a los demás de tal forma que les impida aprender a ser responsable de si mismos.
Ser cuidador no funciona. Lastima a los demás y también nos hiere. La gente se enoja, se siente lastimada, usada y victimada, y nosotros también.
La conducta más amable y generosa que podemos elegir es la de asumir la responsabilidad que tenemos para con nosotros mismos, por lo que pensamos, sentimos, queremos y necesitamos. Lo más beneficioso que podemos hacer es ser fieles a nosotros mismos y dejar que los demás asuman su propia responsabilidad.
“Hoy le pondré atención a mis propias responsabilidades. Dejaré que los demás hagan lo mismo. Si tengo dudas acerca de cuales son mis responsabilidades reales, haré un inventario”.

(Melody Beattie , Libro El Lenguaje del Adiós).