Algunos de nosotros nos hemos sentido tan aislados que
se nos ha olvidado que no estamos solos. Hemos llegado a creer que teníamos que
hacer todos solos. Otros nos hemos sentido abandonados, o hemos vivido sin
amor. Algunos mas nos hemos acostumbrados a no contar con nadie. Hemos luchado
y aprendido duras lecciones.
Dios está ahí, siempre listo para ayudar. También hay mucha gente que se preocupa por nosotros. Si así lo queremos, recibiremos amor y apoyo, consuelo y cuidados. Si nos arriesgamos a pedirla, la ayuda está ahí. Podemos recurrir a la fuerza de nuestro grupo de recuperación y permitir que nuestro Poder Superior nos apoye y nos ayude. Los amigos vendrán, buenos amigos.
No estamos solos. Y no tenemos que hacerlo todo solos. No estamos haciendo las cosas solos. No hay escasez de amor. Ya no la hay.
Dios está ahí, siempre listo para ayudar. También hay mucha gente que se preocupa por nosotros. Si así lo queremos, recibiremos amor y apoyo, consuelo y cuidados. Si nos arriesgamos a pedirla, la ayuda está ahí. Podemos recurrir a la fuerza de nuestro grupo de recuperación y permitir que nuestro Poder Superior nos apoye y nos ayude. Los amigos vendrán, buenos amigos.
No estamos solos. Y no tenemos que hacerlo todo solos. No estamos haciendo las cosas solos. No hay escasez de amor. Ya no la hay.
“Hoy, Dios mío,
ayúdame a abandonar mi necesidad de hacer todo solo y mi creencia de que estoy
solo. Ayúdame a recurrir a Tu Divino Poder y Presencia, y a Tus recursos de
amor, de apoyo y de amistad. Abre mis ojos y mi corazón para que pueda ver el
amor, la ayuda y el apoyo que hay para mí. Ayúdame a saber que soy amado”.
(Melody
Beattie, Libro El Lenguaje del Adiós).
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