Aún me
sorprende, después de haber estado años en recuperación, lo fácil que me
resulta convencerme a mí mismo de no asistir a las reuniones. También me sigue
sorprendiendo lo bien que me siento cando sí voy. (Anónimo).
No tenemos por qué
quedarnos atascados en nuestra aflicción y malestar. Tenemos una alternativa
inmediata que nos ayudará a sentirnos mejor: asistir a una reunión, a un grupo
de apoyo de Doce Pasos. ¿Por
qué resistirnos a lo que puede ayudarnos a sentirnos mejor? ¿Por qué quedarnos
con nuestra obsesión o depresión cuando asistir a una reunión -aunque ésta sea
una reunión adicional- nos ayudará a sentirnos mejor? ¿Acaso estamos demasiado
ocupados?Cada semana tiene 168 horas. Destinar una o dos horas a una
reunión puede maximizar nuestro potencial para las
otras 166. Si nos quedamos en nuestro “rollo codependiente” , fácilmente nos podemos pasar la mayoría
de nuestras horas de vigilia obsesionados, quedándonos sentados sin hacer nada, echados en la cama sintiéndonos deprimidos, o satisfaciendo las necesidades de otra gente. No dedicar esas dos horas a asistir a una reunión puede hacer que desperdiciemos las otras horas que nos quedan.
¿Demasiado cansado?
No hay nada tan revigorizante como volver a tomar el paso. Asistir a una reunión puede lograr que lo retomemos.
otras 166. Si nos quedamos en nuestro “rollo codependiente” , fácilmente nos podemos pasar la mayoría
de nuestras horas de vigilia obsesionados, quedándonos sentados sin hacer nada, echados en la cama sintiéndonos deprimidos, o satisfaciendo las necesidades de otra gente. No dedicar esas dos horas a asistir a una reunión puede hacer que desperdiciemos las otras horas que nos quedan.
¿Demasiado cansado?
No hay nada tan revigorizante como volver a tomar el paso. Asistir a una reunión puede lograr que lo retomemos.
“Hoy me
acordaré de asistir a las reuniones de ayuda”.
(Melody
Beattie, Libro El Lenguaje del Adiós).
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