Todos los días, preguntemosle a Dios lo que quiere que
hagamos hoy y luego pidamosle ayuda. Una simple petición, pero tan profunda y
trascendente que nos puede llevar a cualquier lado al que necesitemos ir.
Escucha; todo lo que queremos, todo lo que necesitamos, todas las respuestas, toda la curación, toda la sabiduría, todo el cumplimiento de deseos se incluyen en esta simple petición. No necesitamos más que decir, Gracias.
Este Plan que se ha hecho para nosotros no es de privación. Es de plenitud, alegría y abundancia. Métete en él.
Y constátalo tú mismo.
Escucha; todo lo que queremos, todo lo que necesitamos, todas las respuestas, toda la curación, toda la sabiduría, todo el cumplimiento de deseos se incluyen en esta simple petición. No necesitamos más que decir, Gracias.
Este Plan que se ha hecho para nosotros no es de privación. Es de plenitud, alegría y abundancia. Métete en él.
Y constátalo tú mismo.
“Hoy le pediré a Dios que me muestre lo que quiere que
haga este día, y luego le pediré ayuda para hacerlo. Confiaré en que es
suficiente para llevarme a la luz y la alegría”.
(Melody Beattie, Libro El Lenguaje del Adiós).
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