Muchos de nosotros fuimos victimados, a veces más de
una vez. Podemos haber sufrido abuso físico, abuso sexual o haber sido
explotados por las adicciones de otro.
Entendemos que si otra persona ha abusado de nosotros, eso no es motivo para que sintamos vergüenza. El sentimiento de culpa por el acto de abuso le pertenece al perpetrador, no a la víctima.
Aunque en recuperación caigamos presas de la victimización, eso no es causa de vergüenza.
La meta de la recuperación es aprender a cuidar de uno mismo, aprender a liberarnos de la victimización y a no culparnos por las experiencias pasadas. La meta esequiparnos para que no sigamos siendo victimados debido a la vergüenza y a sentimientos no resueltos a causa de la victimización original.
Cada uno de nosotros tiene su propio trabajo que hacer, sus propios asuntos, sus tareas de recuperación. Una de esas tareas es dejar de señalar al perpetrador con el dedo, porque eso nos perturba. Aunque hacemos a cada persona responsable de su propia conducta y ésta deba dar cuenta de ella, aprendemos a tener compasión por el perpetrador. Comprendemos que han estado en juego muchas cosas en la vida de esa persona. Al mismo tiempo, nosotros no nos aferramos a la vergüenza. Aprendemos a entender el papel que nosotros jugamos en nuestra victimización, cómo caímos en ese papel y nos rescatamos a nosotros mismos. Pero ésa es una información con la que debemos equiparnos para que no necesite suceder esto otra vez.
Dejar ir la vergüenza de la víctima. Tenemos asuntos por resolver y tareas por hacer, pero uno de nuestros asuntos es no sentirnos culpables y equivocados porque hemos sido victimados.
Entendemos que si otra persona ha abusado de nosotros, eso no es motivo para que sintamos vergüenza. El sentimiento de culpa por el acto de abuso le pertenece al perpetrador, no a la víctima.
Aunque en recuperación caigamos presas de la victimización, eso no es causa de vergüenza.
La meta de la recuperación es aprender a cuidar de uno mismo, aprender a liberarnos de la victimización y a no culparnos por las experiencias pasadas. La meta esequiparnos para que no sigamos siendo victimados debido a la vergüenza y a sentimientos no resueltos a causa de la victimización original.
Cada uno de nosotros tiene su propio trabajo que hacer, sus propios asuntos, sus tareas de recuperación. Una de esas tareas es dejar de señalar al perpetrador con el dedo, porque eso nos perturba. Aunque hacemos a cada persona responsable de su propia conducta y ésta deba dar cuenta de ella, aprendemos a tener compasión por el perpetrador. Comprendemos que han estado en juego muchas cosas en la vida de esa persona. Al mismo tiempo, nosotros no nos aferramos a la vergüenza. Aprendemos a entender el papel que nosotros jugamos en nuestra victimización, cómo caímos en ese papel y nos rescatamos a nosotros mismos. Pero ésa es una información con la que debemos equiparnos para que no necesite suceder esto otra vez.
Dejar ir la vergüenza de la víctima. Tenemos asuntos por resolver y tareas por hacer, pero uno de nuestros asuntos es no sentirnos culpables y equivocados porque hemos sido victimados.
“Hoy me libraré de toda vergüenza de víctima que pueda
haber estado albergando o a la que pudiera haber estado aferrándome”.
(Melody Beattie de su Libro El Lenguaje del Adiós).
No hay comentarios.:
Publicar un comentario