Pocas cosas nos pueden volver tan locos como esperar
algo de alguien que no tiene nada que dar . Pocas cosas nos pueden frustrar mas que tratar de hacer de esa
persona algo que no es, nos volvemos locos cuando tratamos de pretender que esa
persona es alguien que no es. Podemos habernos pasado años negociando
con la realidad en relación con gente en particular de nuestro
pasado y de nuestro presente. Podemos habernos pasado años tratando de que
alguien nos ame de cierta manera, cuando esa persona no puede o no quiere
hacerlo.
Es tiempo de dejarlo ir . Es tiempo de dejarla ir a ella o de dejarlo ir a el. Eso no significa que ya no podamos amar a esa persona. Significa que sentimos el inmenso alivio que nos viene cuando dejamos de negar la realidad y empezamos a aceptarla. Ponemos a esa persona en libertad para ser lo que realmente es él o ella. Dejemos
de tratar que esa persona sea lo que no es. Lidiamos con nuestros sentimientos y nos alejamos del sistema destructivo.
Aprendemos a amar y a interesarnos de manera diferente, de una manera que toma en cuenta la realidad.
Entramos en relación con esa persona bajo nuevos términos, tomándonos en cuenta a nosotros mismos y nuestras necesidades. Si una persona es adicta al alcohol, a otras drogas, a la desgracia o a otra gente, podemos dejar ir su adicción; le quitamos las manos de encima a la adicción. Le devolvemos su vida a esa persona. Y, en el proceso, a nosotros también se nos devuelve nuestra vida y nuestra libertad.
Dejamos de permitir que nos controle lo que no estamos obteniendo de esa persona. Asumimos la responsabilidad de nuestra vida. Seguimos adelante con el proceso de amarnos y de cuidarnos a nosotros mismos.
Nosotros decidimos cómo queremos interactuar con esa persona, tomando en cuenta la realidad y nuestros mejores intereses. Nos enojamos, nos sentimos heridos, pero aterrizamos en un lugar de perdón. Lo liberamos a él o a ella, y nosotros nos liberamos de la esclavitud .
Esa es la única manera de desapegarse con amor.
Es tiempo de dejarlo ir . Es tiempo de dejarla ir a ella o de dejarlo ir a el. Eso no significa que ya no podamos amar a esa persona. Significa que sentimos el inmenso alivio que nos viene cuando dejamos de negar la realidad y empezamos a aceptarla. Ponemos a esa persona en libertad para ser lo que realmente es él o ella. Dejemos
de tratar que esa persona sea lo que no es. Lidiamos con nuestros sentimientos y nos alejamos del sistema destructivo.
Aprendemos a amar y a interesarnos de manera diferente, de una manera que toma en cuenta la realidad.
Entramos en relación con esa persona bajo nuevos términos, tomándonos en cuenta a nosotros mismos y nuestras necesidades. Si una persona es adicta al alcohol, a otras drogas, a la desgracia o a otra gente, podemos dejar ir su adicción; le quitamos las manos de encima a la adicción. Le devolvemos su vida a esa persona. Y, en el proceso, a nosotros también se nos devuelve nuestra vida y nuestra libertad.
Dejamos de permitir que nos controle lo que no estamos obteniendo de esa persona. Asumimos la responsabilidad de nuestra vida. Seguimos adelante con el proceso de amarnos y de cuidarnos a nosotros mismos.
Nosotros decidimos cómo queremos interactuar con esa persona, tomando en cuenta la realidad y nuestros mejores intereses. Nos enojamos, nos sentimos heridos, pero aterrizamos en un lugar de perdón. Lo liberamos a él o a ella, y nosotros nos liberamos de la esclavitud .
Esa es la única manera de desapegarse con amor.
“Hoy trabajaré para desapegarme con amor de personas
conflictivas cercanas a mí. Lucharé por aceptar la realidad de mis relaciones.
Me permitiré cuidarme en mis relaciones con la meta de lograr la libertad
emocional, física, mental y espiritual para ambas partes”.
(Melody Beattie , El Lenguaje del Adiós).
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