FEBRERO 3: RECHAZO A LA VERGÜENZA.

La vergüenza puede ser una fuerza poderosa en nuestra vida. Es la marca de fábrica de las familias disfuncionales.
El legítimo, auténtico sentimiento de culpa es sentir o pensar que lo que hicimos no estuvo bien. Nos indica que necesitamos cambiar o alterar nuestra conducta, o que necesitamos reparar un daño.
La vergüenza es la agobiante sensación negativa de que no está bien ser lo que somos. La vergüenza es una situación en la que no hay forma de ganar. Podemos cambiar nuestros comportamientos, pero no podemos cambiar lo que somos. La vergüenza nos puede hundir en conductas contraproducentes y, a veces, auto destructivas.
¿Cuáles son las cosas que nos hacen sentir vergüenza?
Podemos sentirnos avergonzados cuando tenemos un problema o cuando el que lo tiene es alguien a quien amamos. Podemos sentir vergüenza por haber cometido errores o por haber tenido éxito.
Podemos sentirnos avergonzados por ciertos sentimientos o pensamientos.
Podemos sentirnos avergonzados cuando nos divertimos, cuando nos sentimos bien, o cuando somos suficientemente vulnerables para mostrarnos a los demás.
Algunos de nosotros nos sentimos avergonzados por el simple hecho de ser.
La vergüenza es un hechizo que otros nos echan encima para controlarnos, para que sigamos desempeñando nuestro papel en sus sistemas disfuncionales. Es un hechizo que muchos de nosotros hemos aprendido a echarnos encima solos.
Aprender a rechazar la vergüenza puede cambiar tu calidad de vida. Está bien que seamos lo que somos. Somos suficientemente buenos. Nuestros sentimientos están bien. Está bien nuestro pasado. Está bien tener problemas,cometer errores y batallar para encontrar nuestro camino. Está bien ser humanos y apreciar nuestra humanidad.
Aceptarnos a nosotros mismos es el primer paso hacia la recuperación.Dejar ir la vergüenza acerca de quienes somos es el siguiente paso importante.
“Hoy vigilaré las señales que me indican que he caído en la trampa de la vergüenza. Si me hundo en la vergüenza, saldré aceptándome a mí mismo y afirmando que está bien ser como soy”.

(Melody Beattie , Libro El Lenguaje del Adiós).

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