Necesitamos saber que tan lejos iremos, y
que tan lejos le permitiremos ir a los demás con nosotros. Una vez que
entendamos esto, podremos ir dondequiera. (Mas allá de la Codependencia)
Cuando nos adueñamos de nuestro
poder para cuidarnos nosotros mismos- fijar un limite, decir “no”, cambiar un
antiguo patrón de conducta- podremos obtener una reacción airada por parte de
algunas personas. Eso está bien. No tenemos por qué dejar que sus reacciones
nos controlen, nos detengan o influyan sobre nuestra decisión de cuidar de nosotros
mismos.
No tenemos por qué controlar sus reacciones ante nuestro proceso de autocuidado. Esa no es nuestra responsabilidad. Tampoco tenemos por qué esperar que ellos no reaccionen. La gente reaccionará cuando hagamos las cosas de distinta manera o cuando tomamos una acción asertiva para cuidar de nosotros mismos, particularmente si nuestra decisión les afecta de alguna manera. Déjalos que sientan lo que quieran. Pero sigue tu camino, de todos modos.
Si la gente está acostumbrada a que nos comportemos de cierta forma, intentará convencernos de seguir siendo así para evitar que el sistema cambie. Si la gente está acostumbrada a que nosotros digamos “si” todo el tiempo, puede empezar a murmurar y a refunfuñar cuando digamos “no”. Si la gente está acostumbrada a que nosotros asumamos sus responsabilidades, sentimientos y problemas, podrían reaccionar airadamente cuando dejemos de hacerlo. Eso es normal. Podemos aprender a vivir con un poco de reacciones adversas en nombre de nuestra salud mental. No con abuso, acuérdate, con reacciones adversas.
Si la gente está acostumbrada a controlarnos a través de la culpa, de la bravata y de fastidiar, puede intensificar sus esfuerzos cuando cambiamos y nos rehusamos a que nos controlen. Eso está bien. Eso también es una reacción airada.
No tenemos por qué dejar que las reacciones adversas nos hagan volver a los viejos procederes si hemos decidido que queremos y necesitamos cambiar. No tenemos por qué reaccionar a las reacciones airadas ni prestarles demasiada atención. No la merecen. Irán muriendo solas.
No tenemos por qué controlar sus reacciones ante nuestro proceso de autocuidado. Esa no es nuestra responsabilidad. Tampoco tenemos por qué esperar que ellos no reaccionen. La gente reaccionará cuando hagamos las cosas de distinta manera o cuando tomamos una acción asertiva para cuidar de nosotros mismos, particularmente si nuestra decisión les afecta de alguna manera. Déjalos que sientan lo que quieran. Pero sigue tu camino, de todos modos.
Si la gente está acostumbrada a que nos comportemos de cierta forma, intentará convencernos de seguir siendo así para evitar que el sistema cambie. Si la gente está acostumbrada a que nosotros digamos “si” todo el tiempo, puede empezar a murmurar y a refunfuñar cuando digamos “no”. Si la gente está acostumbrada a que nosotros asumamos sus responsabilidades, sentimientos y problemas, podrían reaccionar airadamente cuando dejemos de hacerlo. Eso es normal. Podemos aprender a vivir con un poco de reacciones adversas en nombre de nuestra salud mental. No con abuso, acuérdate, con reacciones adversas.
Si la gente está acostumbrada a controlarnos a través de la culpa, de la bravata y de fastidiar, puede intensificar sus esfuerzos cuando cambiamos y nos rehusamos a que nos controlen. Eso está bien. Eso también es una reacción airada.
No tenemos por qué dejar que las reacciones adversas nos hagan volver a los viejos procederes si hemos decidido que queremos y necesitamos cambiar. No tenemos por qué reaccionar a las reacciones airadas ni prestarles demasiada atención. No la merecen. Irán muriendo solas.
“Hoy no haré caso a ninguna reacción
adversa que reciba por estar cambiando mi comportamiento o por estar haciendo
otros esfuerzos por ser yo mismo”.
(Melody Beattie, Libro El Lenguaje del Adiós).
No hay comentarios.:
Publicar un comentario